miércoles, 30 de mayo de 2012

Mexico en riesgo de regresar a su pasado corrupto con candidato presidencial del PRI

La versión mexicana del viejo Politburo Soviético está confiada en hacer su "come back", con consecuencias potencialmente desastrosas para Norteamérica. En el año 2000, el mundo entero saludó el fin de más de 70 años de gobierno del Partido Revolucionario Institucional, como un signo de transición democrática. Hoy, el candidato presidencial del PRI para las elecciones de este primero de julio, Enrique Peña Nieto, amenaza con traer de vuelta las costumbres autoritarias del pasado.
El PRI no ha reformado sus costumbres ni se ha modernizado en estos 12 años. Por el contrario, ha profundizado sus redes de corrupción e ilegalidad en los territorios que todavía controla. Los 10 estados donde el PRI nuna ha perdido el poder se encuentran entre los más violentos, subdesarrollados y corruptos en el país. En estos estados, la transición democrática y la rendición de cuentas son conceptos exóticos y los gobernadores locales reinan como despóticos señores feudales.
Por ejemplo, el estado de Veracruz es uno de los lugares más peligrosos del mundo para periodistas. Recientemente, cuatro periodistas fueron asesinados en una misma semana. En enero, oficiales cercanos al gobernador fueron detenidos en un aeropuerto con un maletín que contenía cerca de 2 millones de pesos en efectivo, que iban a ser supuestamente utilizados para una campaña publicitaria.
La U.S. Drug Enforcement Administration está investigando una presunta complicidad entre tres ex gobernadores de Tamaulipas y algunos de los cárteles de droga más violentos en México. El ex gobernador de Coahuila, Humberto Moreira, se ha visto implicado en un terrible escándalo de corrupción que dejó a su estado con una deuda de 3 mil millones de pesos, que al parecer involucró la falsificación de documentos de gobierno y complejos corporativos en Texas.
El Estado de México, donde Peña Nieto finalizó un sexenio como gobernador, no es la excepción. Las tasas de homicidios y pobreza se han disparado, y los feminicidios son comunes. Un estudio reciente de la investigadora Guadalupe Hernández dejó al descubierto que varios millones de pesos del presupuesto para el desarrollo social en el Estado de México desaparecieron cuando Peña Nieto fue gobernador, y que este dinero fue probablemente utilizado para financiar de manera ilegal su campaña presidencial. Grupos de la sociedad civil independientes clasifican a dicho estado entre los más bajos en competencia y en los más altos en corrupción.
Peña Nieto es un lobo disfrazado de oveja. Se esconde detrás de una sonrisa telegénica y un atuendo elegante, pero representa la vieja clase política corrupta de México. La semana pasada, por ejemplo, un general de alto rango aparentemente cercano a Peña Nieto y a su grupo de políticos del Estado de México fue arrestado por cargos de crimen organizado.
Durante su gobierno, Peña Nieto supuestamente gastó decenas de millones de los fondos públicos para promocionar ilegalmente su imagen en televisión nacional. Pero el ex gobernador tiene muy pocas ideas propias, y un carácter moral cuestionable. Tuvo un hijo en una relación extramarital y ha salido a la luz por parte de la padre del niño que se trata de un padre irresponsable.
Cuando a Peña Nieto le preguntaron en el Salón del Libro que citara tres libros que había leído, sólo pudo mencionar que había hojeado algunos extractos de la Biblia. El difunto Carlos Fuentes, fallecido el pasado 15 de mayo, dijo que la ignorancia de Peña Nieto arrojaba serias dudas sobre su capacidad de ser un buen presidente. Ningún intelectual o periodista independiente aceptaría apoyar públicamente la candidatura de Peña.
Peña Nieto no tendría la mínima oportunidad de ganar las elecciones bajo las condiciones democráticas típicas, en donde los candidatos s even obligados a entablar diálogos con los ciudadanos y debatir frecuentemente con sus adversarios. Pero en México los poderes han trabajado duro para protegerlo. Por ejemplo, ni un sólo canal de televisión o universidad prestigiosa han esponsorizado un debate entre candidatos. Aquellos que apoyan a Peña Nieto detrás de cámaras no lo hacen porque piensen que sería un buen presidente, sino más bien porque piensan que el regreso del PRI es su mejor póliza de seguro. "¿Quién va a mover a la gente con dinero?...Peña Nieto" alardeó un empresario mexicano cercano al PRI.
Pero México no necesita más privilegios para los ricos y poderosos. Necesita más oportunidades para la gente común, aquellos que han visto sus salarios estancarse en las tres últimas décadas. México es una de las sociedades con más desigualdad en el planeta. Es el hogar del hombre más rico del mundo, Carlos Slim, y del narcotraficante más poderoso del hemisferio, Joaquín Guzmán, "El Chapo". Sólo 10 familias controlan el 10% del producto interno bruto. Mientras tanto, más de 50 millones de personas viven en pobreza o pobreza extrema.
Si el próximo presidente no ataca la desigualdad y estimula el crecimiento económico, la violencia y el descontento sólo se agudizarán. Esto podría llevar a expandir la protesta social y la inestabilidad política, así como a nuevos flujos migratorios hacia los Estados Unidos.
Hay sin embargo signos de que los mexicanos quizás estén abriendo los ojos. Peña Nieto ha caído del primer al tercer puesto entre los votantes universitarios. Su apoyo en el norte México, un baluarte  histórico del PRI también está en caída libre. Hace unas semanas, estudiantes de una de las escuelas privadas de élite en México lo abuchearon y literalmente lo echaron de su campus durante un evento de su campaña. Este semana, decenas de miles de estudiantes tomaron las calles para protestar contra el posible regreso del PRI este primero de julio. "Sería como una película de horror" , dijo uno de los manifestantes.
Las próximas elecciones, que incluyen el Senado, la Cámara de Diputados Federales y seis gobernaturas, están todavía por decidirse. Hay todavía una oportunidad para México para ir hacia adelante y no hacia atrás en su lucha por consolidar la democracia, institucionalizar la rendición de cuentas y expandir sus oportunidades económicas.
John M. Ackerman es profesor del Instituto de Investigaciones Jurídicas en la UNAM, editor en jefe de la Revista Mexicana de Leyes y columnista para la revista Proceso y el periódico La Jornada.
Artículo extraído de Los Angeles Times, 22 de mayo del 2012. Traducido del inglés por Liliana P.